La filtración es una técnica de separación utilizada para concentrar o purificar sustancias en función de sus propiedades físicas o químicas. Se trata de un método sencillo y sistemático utilizado en muchos laboratorios para eliminar partículas insolubles de las disoluciones y preparar las muestras para su análisis. La filtración se utiliza para reducir la complejidad de las muestras, mejorar la transparencia de las muestras viscosas y reducir las señales de fondo que producen mayores relaciones señal-ruido en las pruebas analíticas.
Dependiendo del método de filtración aplicado, las partículas o moléculas se separan según las propiedades como el tamaño, la forma o la carga. El líquido que atraviesa el filtro se denomina «filtrado» y el material que queda o se recoge en el filtro es el «retenido» o «residuo».
La filtración es una etapa esencial en la preparación de la muestra antes de realizar análisis cromatográficos sensibles, como la HPLC y la LC-MS. Las partículas de las muestras pueden interferir en los análisis realizados mediante cromatografía de líquidos, de gases e iónica al obstruir las columnas o los cabezales de las columnas, o al generar picos de contaminantes (“picos fantasma”) en los cromatogramas. La filtración adecuada de muestras, disolventes y tampones produce resultados analíticos más uniformes y de mayor calidad. También aumenta el tiempo de actividad del instrumento y prolonga la vida útil de la columna.
Hay muchos filtros con una composición de medios de filtración diferente, cada uno diseñado para aplicaciones concretas. La selección del filtro depende de varios factores, entre ellos:
Los filtros pueden estar compuestos de diversos tipos de materiales: papel, tela, algodón-lana, amianto, lana de escoria o de vidrio, loza sin esmaltar, arena u otro material poroso. Las membranas de filtración suelen estar compuestas de polímeros sintéticos (por ejemplo, PTFE hidrofilizado, PVDF, nailon, PES).
Pueden aplicarse diferentes fuerzas para impulsar el proceso de filtración. La filtración puede ser impulsada por la simple gravedad usando un filtro y un embudo, manualmente como en la filtración con jeringa o por la fuerza centrífuga. En la filtración impulsada por vacío, se utiliza una bomba de vacío para extraer rápidamente el líquido a través de un filtro.
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